Estos indicadores, además, permiten la comparación, bien para ver los cambios experimentados en el tiempo, o bien para facilitar el contraste con otras bibliotecas, siempre teniendo en cuenta las diferencias de tipo y función de las bibliotecas objeto de la comparación.

En la literatura especializada se pueden encontrar numerosos ejemplos de indicadores que permiten medir distintos aspectos. La tarea consiste, entonces, en seleccionar los más adecuados para el tipo de evaluación que se desea realizar en base a los datos absolutos relevados.

Los indicadores utilizados por Roble para la evaluación de las bibliotecas de la Universidad fueron seleccionados según criterios acordes al trabajo que lleva a cabo el equipo de Plan estratégico de la UNLP, y se clasifican en tres tipos:

  ● Indicadores de insumos: Se relacionan con la calidad y cantidad de recursos humanos, físicos y financieros empleados para cada tarea o actividad. En el caso de las bibliotecas, estos indicadores reflejan el estado de la infraestructura edilicia, el equipamiento, las colecciones y fondos bibliográficos, el personal y el presupuesto utilizado.

● Indicadores de productos: Reflejan la intensidad o productividad en el uso de los recursos asignados. Básicamente los productos concretos de las bibliotecas se reflejan en los catálogos (tipo y completitud), la organización de las colecciones, la variedad y cantidad de servicios ofrecidos (referencia, formación de usuarios, búsquedas bibliográficas, difusión, etc.), tanto locales como virtuales, etc.

● Indicadores de impacto o resultado: Evalúan el resultado final de las actividades realizadas y su impacto en la comunidad de usuarios hacia la que están dirigidas. Si bien estos indicadores son difíciles de medir, algunos de ellos serían, por ejemplo, el grado de penetración de la biblioteca en la comunidad a la que sirve, el grado de uso de los servicios ofrecidos, medido en cantidad de visitas, consultas, préstamos, etc.

A continuación se describe la selección de indicadores de insumos, productos e impacto, que reflejan el estado de las bibliotecas en relación a los distintos aspectos estudiados: infraestructura y equipamiento, colecciones, presupuesto, personal, usuarios y servicios. Para cada uno de ellos se indica: definición del indicador, finalidad, uso, y la fórmula que se utiliza para calcularlo. En los casos en los que existe una norma y/o estandar específico, éste se incluye en este apartado. (Tener en cuenta, en este sentido, que todos los estándares que implican mediciones de usuarios se refieren sólo a usuarios potenciales)